Amsterdam en 3 días

Con nuestra guia para visitar Amsterdam en 3 días te mostraremos las actividades más importantes para hacer en ésta hermosa ciudad.

Ámsterdam es una ciudad como Venecia fundada y todavía hoy centrada en el agua y las vías fluviales . Sin embargo, a diferencia de Venecia, la ciudad más grande de Holanda no es una mera pieza de museo. Ámsterdam es una metrópolis real, viva y que respira , no solo un oasis para los turistas, aquellos a los que les gusta ‘fumar’ y los hombres en busca de sexo extramatrimonial.

En los canales debajo de las despedidas de soltero y las chicas trabajadoras , los jóvenes emprendedores de Internet logran acuerdos en toda Europa desde sus casas flotantes y justo fuera del núcleo antiguo se encuentra la RAI, uno de los principales centros de conferencias y negocios del continente .Además de los ruidosos barcos del canal, las vías fluviales de la ciudad también albergan cada vez más a enormes cruceros y cargueros de todo el mundo. Hoy, Amsterdam vende a los turistas casi tan hábilmente como lo ha hecho con bienes y servicios a lo largo de los siglos.

La capital holandesa claramente ha recorrido un largo camino desde que fue fundada, según cuenta la leyenda, por dos pescadores y un perro mareado. Cuenta la historia que el perro saltó del barco para depositar el contenido de su estómago y los dos pescadores se convirtieron en los fundadores de Amsterdam. La realidad podría haber sido un poco más prosaica, ya que el río Amstel fue represado en el siglo XIII y generó un asentamiento, que tomó el nombre de Aemstelledamme .

El elemento vital de Ámsterdam ha sido durante mucho tiempo su lugar acuático , cerca del Mar del Norte y construido sobre una miríada de canales , que dividen a la ciudad en distritos fácilmente navegables y la impregnan de un ambiente de ciudad pequeña . Parece haber un canal en cada esquina de Ámsterdam, lo que no es de extrañar, teniendo en cuenta que la ciudad alberga la asombrosa cifra de 165 de ellos (más que Venecia).

Ámsterdam es un refugio para muchas nacionalidades, diversas sexualidades y personas de creencias políticas y religiosas radicalmente diferentes, pero están comenzando a aparecer grietas y las leyes de inmigración se han endurecido en los últimos años a medida que algunas de las comunidades eclécticas de la ciudad se han dividido cada vez más. Todavía haytolerancia cuando se trata de los vicios del hombre, con soluciones prácticas sobre cómo lidiar con una de las industrias más antiguas del mundo y el uso controlado de drogas blandas.

Durante el verano , la ciudad se reúne en Vondelpark , donde los lugareños y los turistas se relajan en el clima templado. Ámsterdam, estadísticamente, podría ser una de las capitales más húmedas de Europa, pero tan pronto como las nubes se aclaran y el sol puede brillar, sus habitantes salen a las calles para sentarse en los numerosos cafés al aire libre , tomar un crucero por un canal o incluso participar. en el más omnipresente de los pasatiempos de Ámsterdam, andar en bicicleta (la ciudad tiene más del doble de bicicletas que de personas).

Los inviernos de Ámsterdam tienden a ser fríos con mucha lluvia, pero esto rara vez parece disuadir a los turistas, que acuden en masa a la ciudad. Los inviernos particularmente fríos también ofrecen a los visitantes la oportunidad única de presenciar a los habitantes de Amsterdam patinando por los pintorescos canales helados . En estos días, con muchas conexiones ferroviarias, aéreas y de autobús a toda Europa y más allá, la capital holandesa es un destino turístico durante todo el año, así como uno de los centros comerciales clave del mundo.

Contenidos

Itinerario de tres días en Amsterdam

Ámsterdam es perfecta para hacer turismo, ya que es plana y compacta, lo que facilita el paseo. La mejor manera para que los visitantes tengan una idea real de la ciudad es dirigirse directamente a un recorrido por el canal, algo que muchos lugareños nunca han hecho, o disfrutar de un ciclo, aunque tenga cuidado con andar en bicicleta aquí puede ser una experiencia aterradora si no está acostumbrado. al ciclismo urbano.

La mayoría de las atracciones principales se encuentran dentro del núcleo histórico, generalmente a poca distancia entre sí, aunque las eficientes redes de tranvía y autobús están cerca para las atracciones más lejanas.

Los sitios más visitados de la ciudad son los numerosos y excelentes museos, como el Rijksmuseum, el Museo de Ana Frank, el Museo Histórico de Amsterdams, el Museo de Arte Moderno Stedelijk, el Museo Van Gogh, el Museo NEMO y el Scheepvaartmuseum.

Se ofrecen actividades menos cerebrales entre las grandes fachadas y los elegantes museos, con cafés marrones y prostitutas que adornan las ventanas durante todo el día y la noche en los distritos de luz roja.

Lejos de estos lugares concurridos, la ciudad también está bendecida con canales tranquilos y parques frondosos, que brindan una escapada durante todo el año, especialmente Vondelpark, con sus conciertos gratuitos al aire libre durante el verano.

Escaparse de la principal multitud de turistas es la mejor manera de descubrir el Ámsterdam «real» de las casas de los grandes comerciantes al lado del canal donde todavía viven los habitantes de Ámsterdam modernos, en un entorno casi bucólico.

Además de ser el centro de transporte de la ciudad, la gran Estación Central de Ámsterdam es también la puerta de entrada a innumerables viajes de medio día y de día completo, con servicios de tren regulares y económicos en toda Holanda.

Itinerario del primer día en Amsterdam

Coffee Shops

Los tulipanes, los canales, las casas pintorescas… y los coffee shops. Son algunos de los símbolos y los elementos que a uno se le vienen a la cabeza cuando se habla de Amsterdam. Tal vez desde fuera tengamos una impresión distinta de lo que es un coffee shop. Los turistas que van allí lo hacen atraídos tal vez por la curiosidad, pero los lugareños se lo toman como algo natural. No en vano hay unos trescientos repartidos por toda la ciudad.

Porque cuando entras en cualquier coffee shop de Amsterdam, a excepción del olor que se respira, todo se asemeja a un bar cualquiera. La gente está sentada tranquilamente, tomando una copa y fumando, hay una barra, bebidas… La única diferencia es que se puede comprar legalmente marihuana o hachís, además de otros artículos relacionados. Lo mejor, como os digo, es tomárselo con naturalidad, y no hacer risitas ni chistes porque para la gente de Amsterdam es algo muy serio.

Es más, por regla general en los coffee shops no suelen vender alcohol, ya que la mezcla sería explosiva. No niego que en alguno encontréis una cerveza o algo así, pero la mayoría lo que venden es té, zumos, algún café… Allí la gente va sobre todo a fumar y charlar, una especie de bar o pub pero en el que se puede fumar marihuana y hachís sin que a nadie le importe ni le llame la atención.

No hace falta comprar la marihuana o el hachís en el local. También podéis llevarlo vosotros, pero siempre con la condición de que consumáis algo. Y es que, aunque muchos piensen lo contrario, es un delito fumar marihuana o hachís por la calle. Si te cogen, la multa mínima es de treinta euros. De ahí que la gente lo haga tranquilamente en el interior de los coffee shops, que para eso están.

De todas maneras, y como os decía antes, la legislación es muy estricta. No está permitido vender más de cinco gramos por persona, ni estar en posesión de más de quinientos gramos. Además, cada coffee shop tiene que tener salas habilitadas y separadas, en las que se fume solo marihuana y porros mezclados con tabaco.

Lo que está claro es que la gente se piensa que un coffee shop es algo en plan libertinaje, y para nada. A pesar de que dentro la decoración pueda ser muy a lo cannabis y rastafari, hay que respetar unas normas, y os puedo asegurar que el 99 por ciento las cumplen a rajatabla.

Casas Flotantes

La Segunda Guerra Mundial trajo demasiadas consecuencias funestas para una ciudad como Amsterdam. ¿A quién no se le viene a la memoria la terrible historia de Ana Frank?. Pero no sólo fue la comunidad judía la que lo pasó mál en la ciudad. Los bombardeos dejaron a mucha gente sin hogar, tanto que tuvieron que tomar una serie de medidas para paliar la falta de viviendas.

Una de las más llamativas, y que hoy en día se sigue manteniendo, fue las casas flotantes de Amsterdam. Ya veréis en muchos canales de la ciudad como hay enormes barcazas que sirven de vivienda. En total se cree que puede haber unas 2.500. Hoy la mayoría de ellas tienen un sentido turístico, como hoteles en Amsterdam, apartamentos y casas flotantes de alquiler.

Cuentan con uno o dos dormitorios, y tienen todos los servicios, tanto electricidad como agua corriente. En la década de los 60 y los 70 estas casas flotantes eran algo propio de los hippies, pero hoy no es extraño ver que viven en ellas jóvenes, estudiantes, parejas, y turistas.

Realmente son casas baratas, para el precio actual de la vivienda, pero hay que tener en cuenta que tiene muchos gastos de mantenimiento. Sin ir más lejos, cada tres o cuatro años pasan una revisión en los muelles de la ciudad, además de tener que pagar los impuestos típicos de cualquier vivienda en Amsterdam. Eso sí, a estas alturas no podéis llegar con vuestro propio barco a vivir, ya que no se permiten más casas flotantes de las que ya hay.

Es curioso cómo estas casas flotantes han pasado en unas décadas de albergar a los más pobres de la ciudad, que no tenían dinero para comprarse una casa, a aquellos románticos de vida bohemia, que casi tienen que pagar más que si tuvieran una vivienda en la ciudad.

Si no tenéis la intención de hospedaros en una de estas casas flotantes, pero queréis visitar una de ellas, podéis acercaros hasta el House Boat Museum, una casa flotante situada en el 296 de Prinsengracht que os mostrará cómo se vive en una de estas embarcaciones. Tal vez desde fuera resultan muy pintorescas, pero hay que acostumbrarse un poco. Eso sí, están amarradas, no creáis que van a la deriva por los canales.

Canales de Amsterdam

Cuando uno vuelve de Amsterdam lo primero que le contará a los amigos saldrá posiblemente de esta terna de temas: las bicicletas, el Barrio Rojo, los constantes cláxones de los tranvías, y sus canales. Porque Amsterdam sin sus canales no sería lo mismo. Por algo son, desde hace poco, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Me dijo un lugareño que Amsterdam son dos ciudades en una: la que contemplas a pie y la que ves reflejada en la silueta de sus canales. Yo le añadiría también la Amsterdam que puede ver paseando en barca por este cinturón de agua que es un privilegio en sí mismo. ¿Alguien se atreve a cruzar bajo los más de 1280 puentes que existen en la ciudad?.

El centro histórico de Amsterdam está rodeado por lo que se conoce como el cinturón de canales. Son calles perpendiculares, en cuyo centro discurre un canal. Puedes ir pasando de una calle a otra disfrutando de las vistas: casas pintorescas, pequeños árboles dando sombra a orilla del canal, terrazas y puentes donde los turistas no paran de echarse fotos. Y claro, bicicletas, bicicletas y bicicletas. Reservar uno de los hoteles en Amsterdam que están situados en el centro histórico es muy recomendable para moverte por la ciudad y disfrutar de sus canales.

Hay algunos canales que resultan los más turísticos y conocidos. Por ejemplo, Herengracht, con su Curva de Oro, llamada así por las elegantes casas señoriales que lo bordean, el canal de Prinsengracht, rodeado de cafés y galerías de arte, o el de Keisergracht, muy bonito particularmente a la altura de la Leidsestraat, saliendo de la Leidseplein.

Estos tres canales están paralelos los unos con los otros. Son posiblemente los más concurridos por los turistas, los que tienen vistas más pintorescas para recorrer en barco. Pero, no son los únicos, ni mucho menos. Antes de la aparición de estos tres, el más pintoresco era el río Amstel, de donde toma su nombre la ciudad.

También tenemos el Leidsegracht, el canal del Singel, que es donde se sitúa el Bloemenmarkt o Mercado de las Flores, el Bloemgracht junto al barrio de Jordaan, o el Brouwwersgracht, curiosamente conocido como el canal de los cerveceros. Sería casi imposible citar los más de 160 canales que surcan la ciudad.

Hay otros detalles que habría que tener en cuenta, como por ejemplo que, cada tres días, se renuevan las aguas de los canales, para que no haya problemas de mal olor, y así podamos disfrutar con tranquilidad de estos canales. Tanto si los recorréis en barco como a pie, o cruzando sus puentes en bicicleta, merece la pena hacer una ruta por los canales de Amsterdam. Será lo que le contéis a vuestros amigos al llegar a casa.

Mercado de las Flores

Holanda, además de ser un pequeño paraíso de molinos, canales y quesos, es el país de las flores. Solo tenéis que acercaros en primavera para descubrir kilómetros y kilómetros de campos de colores. El placer que da desde el coche o desde la ventanilla del tren descubrir estos paisajes es algo incomparable.

En Amsterdam hay flores por todas partes, incluso flotando en los canales, sobre todo en los del Barrio Rojo. Pero la explosión de estos colores se da en el Bloemenkart Mercado de las Flores, situado en la zona del Anillo Este, frente al canal del Singel y muy cerca del río Amstel. Esta zona se caracteriza para una gran cantidad de casas elegantes y señoriales, las de los antiguos comerciantes adinerados.

Este Mercado de los Flores es uno de los rincones más llamativos de la ciudad, uno de esos lugares ideales para los que queráis comprar flores o semillas para plantarlas en casa. Los vendedores son expertos y os recomendarán cuáles son los mejores bulbos para plantar, ya que está claro que no todas las flores pueden crecer por igual en distintos países.

Eso sí, no es un mercado barato, sobre todo por lo turístico que es. Seguro que en tiendas de las calles aledañas encontraréis bulbos, ramos de flores y semillas más baratas, pero en el Blomenkart os aseguráis que la calidad sea insuperable. También hay que tener en cuenta la época en la que vais a viajar a Amsterdam, ya que no encontraréis en el mercado las mismas plantas en verano que en invierno.

Lo pintoresco y tradicional del Blomenmarkt es que los puestos son flotantes. Desde el siglo XVIII los mercaderes venían por los canales en sus barcas, transportando la mercanía. Hoy hay tanto puestos flotantes como a lo largo del canal. Resulta muy llamativo ver los puestos de colores, gracias a los más de 700 tipos de tulipanes que se pueden encontrar aquí. Imaginaros el perfume tan agradable que se puede sentir paseando junto a los puestos.

Un último consejo que os doy por experiencia propia: si vais a estar varios días en Amsterdam, lo mejor es comprar las flores y las semillas el último día, para que lleguen bien a casa, ya que si las compráis y las dejáis en cualquiera de vuestros hoteles en Amstedam corréis el peligro de que se estropeen.

– Información adicional: El Mercado de las Flores abre de lunes a a sábado de 09.00 a 17.00 y los domingos de 11.00 a 17.30 horas, aunque al ser un mercado callejero posiblemente los horarios varíen un poquito. Hay tranvías que os llevan hasta aquí, aunque a pie está solo a unos diez minutos del centro.

Westerkerk

Con nuestra visita de hoy nos trasladamos a lo que se conoce en Amsterdam como el Anillo Oeste. Posiblemente estemos en la zona más elegante y señorial de la ciudad. Se nota a primera vitas cuando paseas por sus calles, estrechas y rodeadas de casas pintorescas que se asoman a bellos canales. Y resaltando por encima de los tejados la esbelta torre de la Westerkerk, una de las iglesias protestantes más antiguas de Amsterdam.

Fue construida en el siglo XVII y está situada en la Westermarkt, junto al barrio de Jordaan, uno de los más encantadores de Amsterdam. El hecho de que esta iglesia se levantara aquí no es por casualidad. Durante la época de la persecución religiosa, los protestantes hugonotes se establecieron aquí, por lo que necesitaban de una iglesia para realizar sus cultos. De hecho, esta Iglesia del Oeste, su nombre traducido, es la iglesia protestante más grande de Holanda.

Para mi gusto es una de las iglesias más pintorescas de la ciudad, especialmente por su delicida y preciosa ubicación junto al canal de Prinsengracht, muy cerquita de la Casa Museo de Ana Frank. Lo más llamativo desde el exterior es sobre todo su torre y el color de la piedra en la que está construida.

Precisamente se puede subir hasta el mirador de este campanario de 85 metros de altura para tener unas magníficas vistas de la ciudad. Os lo recomiendo notablemente para que podáis asistir al espectáculo de una Amsterdam de canales, pequeñas callejuelas y espacios verdes. Tal vez es lo mejor que se puede hacer en esta iglesia, ya que el interior no tiene una decoración demasiado llamativa.

De ese interior lo que destaca es el órgano, los paneles del altar y, curiosamente, un monumento a Rembrandt con motivo de indicar que el genial artista de Leiden fue enterrado aquí, aunque, como desgraciadamente suele ocurrir en ciertos casos, no se sabe el lugar exacto.Se puede ver una placa en una de las columnas, cerca de donde está enterrado el hijo del pintor.

Como curiosidad os animo a que leáis el Diario de Ana Frank, ya que en ella aparece la Westerkerk. Ana cuenta cómo puede ver la silueta de la torre desde la ventana del refugio. El sonido de sus campanas era una de las pocas cosas que le reconfortaba.

Itinerario del segundo día en Amsterdam

Begijnhof

A muchos tal vez no nos sonarán de nada estos típicos barrios que pueden verse en las principales ciudades de los Países Bajos. Los clásicos y pintorescos Begijnhof, o Beguinajes, antiguos barrios que se construían para albergar a las beguinas, una vieja asociación de mujeres cristianas contemplativas, que se dedicaban a ayudar a los pobres, enfermos y desamparados.

El Begijnhof de Amsterdam se encuentra en la Nieuwe Zijde, en la Zona Nueva, junto a la Plaza Spui. Se fundó en 1396, y en sus casas vivieron beguinas hasta 1971, aunque a día de hoy aún algunas han vuelto a ocupar algunas casas. Desde entonces, el barrio fue remozad, restaurando la totalidad de sus casas (en realidad ninguna pertenece ya al barrio original), y con un amplio espacio verde frente a ellas.

La visita a este barrio hay que hacerla respetando a las beguinas que aún viven en algunas casas. Sobresaliendo del pintoresquismo de estas viviendas se sitúa la torre de la Engelse Kerk, centro religioso del Begijnhoh. Se construyó en el siglo XV, aunque las misas hoy en día, que se celebran en holandés y francés, por si queréis asistir, se ofrecen en la Capilla del Begijnhof, construida a mediados del siglo XVII.

¿Qué tiene de interés visitar este barrio?. Pues, además de la calma y la tranquilidad que se respira, a pocos pasos del bullicio de la ciudad, podemos conocer algunos puntos y detalles curiosos de Amsterdam. Por ejemplo, aquí se sitúa la casa más antigua de la ciudad, la número 34, que data de 1470, o las casas de los siglos XVII y XVIII en las que viven hoy unas cien mujeres solteras y estudiantes, además de la casa de la madre superiora, la número 26.

Son en total unas 47 las viviendas que pueden verse en el Begijnhof de Amsterdam. Es una pena que las casas de madera originales no se conserven, debido a un terrible incendio que asoló el barrio. Aún así dar un paseo por este rincón tan emblemático y encantador resulta todo un placer. Casas pintorescas de los siglos XVII y XVIII, visitar el Begijnhof es conocer un poco de la historia de esta ciudad.

Leidseplein

Si algo tiene el centro histórico de Amsterdam es que prácticamente resulta imposible perderse. Al menos en la zona conocida como el Anillo Central. Se trata de calles paralelas que corren a orillas de los tres principales canales de la ciudad: Prinsengracht, Keizersgracht y Herengracht. La belleza de los canales, a la sombra de viejos edificios, árboles y casas pintorescas, es algo que no podéis perderos.

Dentro de este anillo central nos encontramos, entre otros rincones, con la célebre Leidseplein, uno de los puntos de encuentro más concurridos por los turistas que visitan Amsterdam. Aquí hay restaurantes, bares, cafés, coffeeshops y animación callejera de todo tipo, sobre todo las noches de verano.

Resulta curioso echarle un vistazo a la historia de esta plaza. Hace siglos apenas era una especie de aparcamiento para coches y carruajes de caballos. Situada en su tiempo a las afueras de la ciudad, para poder acceder al centro debían dejar aquí sus vehículos y así no enfangar y ensuciar el trazado más pintoresco de Amsterdam.

Hoy en día, como os decíamos antes, es posiblemente el rincón más animado y bullicioso de la ciudad. Siempre suele estar llena de gente, sea la hora que sea, especialmente los fines de semana, con artistas callejeros de todo tipo. Tal vez el hecho de ser demasiado turística haga que sus restaurantes sean un poco caros para comer, pero en calles aledañas seguro que encontráis algo más barato.

Ya que estáis por aquí, a lo mejor os apetece entrar y asistir a alguno de los espectáculos de las salas de fiesta de Leidseplein. Tenemos locales como Paradiso, abierto en 1968 y donde han llegado a tocar los Rolling Stone, la Sala Melkweg, fundada en 1970, y donde se puede ver incluso cine, y hasta el Teatro Municipal, un clásico edificio de Amsterdam, de color rojo, y construido a finales del siglo XIX.

Leidseplein es una plaza con mucho encanto, llena de vida a cualquier hora del día, algo que se agradece, y mucho, especialmente cuando el invierno cubre de un aspecto sombrío a Amsterdam. Restaurantes, cines, discotecas, bares… Cenar o ir a tomar una copa, o simplemente pasear y ver a los artistas callejeros. Y, cómo no, tiendas, muchas tiendas, en la Leidsestraat, la calle que desemboca en esta plaza.

Acercaros por la Leidseplein. Apenas está a diez minutos a pie de la Plaza Dam, atravesando todos los canales de la ciudad. También hay tranvías que llegan hasta allí, ya que la plaza tiene su propia parada.

Plaza Spui

La zona nueva de Amsterdam, que en la ciudad la veréis señalizada como Nieuwe Zijde, es uno de los rincones más turísticos de la ciudad. Por aquí encontraréis lugares céntricos, como la Plaza Dam, con la Iglesia de Nieuwe Kerk y el Palacio Real, o la zona de la Centraal Station.

Un poco más al sur de esta zona de Amsterdam, a orillas del canal Singel se halla la coqueta pero pintoresca Plaza Spui, muy cerca del Beguinage. No es un rincón tan conocido como otros, pero en realidad siempre suele estar muy bulliciosa. Os recomiendo pasar por ella especialmente por las mañanas, para disfrutar mucho mejor del ambiente.

Una plaza muy reciente, ya que fue construida a finales del siglo XIX. Antiguamente las aguas de los canales llegaban hasta aquí, pero en 1882 se cubrió de tierra este rincón, dando vida a la Plaza Spui.

No es una plaza muy grande, y está rodeada de pequeños cafés, bares y tiendas de souvenirs, en especial librerías, las más grandes de Amsterdam. Precisamente todos los viernes hay un pequeño mercadillo de libros, sobre todo de segunda mano, y los domingos uno de arte, lo que han convertido a esta Plaza Spui en lugar de encuentro de intelectuales, bohemios y estudiantes universitarios.

Es una plaza que siempre está llena de vida. La gente se acerca para tomar algo en sus bares desde la mañana. No importa que el interior esté lleno, ya que se aprestan en la puerta a charlar animadamente. Uno de los locales más emblemáticos de esta plaza es el Café Hoppe, que lleva funcionando desde hace más de trescientos años.

Más emblemática tal vez sea la pequeña estatua del Het Liverdje, que simboliza a la juventud de la ciudad. Alrededor de ella se reunían en los años sesenta el grupo anarquista Provo. Hoy en día, la Plaza Spui sigue siendo punto de encuentro, gracias a sus bares, cafés y librerías, además de servir de puerta de entrada a la zona nueva de la ciudad, con su gran cantidad de lugares de interés y monumentos que ver en Amsterdam.

No tendréis ningún problema para llegar andando hasta esta plaza, ya que apenas está a diez minutos a pie de la Plaza Dam. Si queréis hacer uso del transporte público, los tranvías 1, 2 y 5 tienen parada en Spui.

Palacio Real

La Plaza Dam, además de ser el lugar de encuentro más céntricos y el lugar dónde podemos encontrar un gran número de hoteles en Amsterdam, alberga una serie de edificios interesantes. Entre ellos se encuentra el Palacio Real, uno de los cuatro palacios que aún usa la familia real holandesa. Eso sí, cuando la familia real no está por aquí, el palacio está abierto al público.

Merece mucho la pena la visita ya que podremos admirar uno de los mejores ejemplos de la arquitectura holandesa del siglo XVII. El Palacio Real se halla en medio del Madame Tussaud y la Nieuwe Kerk, frente al Monumento a los Caídos de la Plaza Dam. El palacio abre todos los días de 12.00 a 17.00 horas, aunque los lunes suele estar cerrado.

Cuando fue construido en el siglo XVII, el Siglo de Oro Holandés, se convirtió en el Ayuntamiento de Amsterdam, el más grande de Europa. Sin embargo a comienzos del siglo XIX el rey Luis Napoleón, hermano de Napoleón Bonaparte, lo convirtió en palacio real. La verdad que el monarca no vivió allí mucho tiempo, aunque sí fue la residencia del gobernador francés Charles François Lebrun.

Si os fijáis bien en la fachada, resulta un tanto curioso que no tenga una gran puerta de entrada, como podría parecer en cualquier gran palacio. La entrada se hace a través de una serie de puertas pequeñas bajo unos arcos. Según parece con esto se quería demostrar que el antiguo ayuntamiento era accesible a todos los ciudadanos.

Sin embargo, ya en el interior descubrimos una decoración muy glamourosa, propia de la época en la que fue construido. Allí trabajaron los mejores artistas, entre ellos Rembrandt. Podéis visitar la célebre Sala de los Ciudadanos, una de las más imponentes del palacio, con sus 34 metros de largo, sus 17 de ancho y 25 metros de altura.

Toda esta decoración muestran la grandeza del Siglo de Oro Holandés. Hoy en día, además de las visitas del público y las veces en las que la familia real se encuentra en él, sobre todo para cenas de gala o entregas de premio, también tienen lugar exposiciones históricas, siempre relacionadas con el edificio o la realeza.

Al salir de él podéis admirarlo desde el Monumento a los Caídos en la Plaza Dam. Observar la enorme cúpula que lo corona, con el símbolo de la ciudad. Quizás no resulta demasiado espectacular por fuera, pero como véis no tiene nada que ver por dentro.

Vondelpark

Si después de tanto turismo por la ciudad queréis pasar un rato tranquilo y descansando, nada mejor que el Vondelpark, el parque más grande y más conocido de Amsterdam. Sus 47 hectáreas están cubiertas de prados con hierba, senderos, estanques y amplios espacios para pasear, hacer footing, patinar, montar en bicicleta, etc…

Sin embargo, Vondelpark no solo es un parque en sí, sino que también cuenta con algunos de los mejores cafés de la ciudad, terrazas, un museo, un cine y un teatro al aire libre. Son tantas las cosas que se pueden hacer en Vondelpark, un lugar también ideal para ir con niños y para escaparse un poco del estrés de la ciudad.

En verano veréis Vondelpark lleno de gente haciendo comidas campestres, barbacoas y fiestas privadas. También, cómo no, en una ciudad liberal como Amsterdam en Vondelpark se ve gente fumando marihuana o bebiendo tranquilamente, siempre sin molestar a otras personas. Claro, las puertas del parque permanecen abiertas durante toda la noche.

En Vondelpark hay también bares y terrazas donde comer y beber. Por ejemplo, el Groot Melkhuis, que tiene su propia zona de juegos. En Vondeltuin también se pueden alquilar patines y disfrutar de unas tortitas caseras deliciosas. Y en medio del parte encontraréis el Blauwe Theehuis, un pabellón construido en 1937 que, con una capacidad para 700 personas, es una de las terrazas más grandes de Amsterdam y del país.

En Vondelpark también se sitúa el Museo del Film. Se halla junto a una muy buena cafetería, con una gran terraza con vistas al parque, que se llena los días de sol. En el auditorio del museo se proyectan películas, por lo que si queréis ver cine en Amsterdam también podéis acudir al Vondelpark.

En verano tenéis el Openluchttheater, un teatro al aire libre que ofrece desde conciertos de música clásica hasta músicas del mundo y cabaret. Los conciertos son siempre gratuitos y no os podéis imaginar lo bien que se disfrutan tumbados en el césped.

El Día de la Reina Vondelpark se llena de gente, sobre todo de niños, que hacen su propio mercadillo vendiendo sus juguetes antiguos. Además hacen juegos, actuaciones musicales, etc…

Lo que está claro es que Vondelpark es uno de los mejores lugares para disfrutar y descansar en Amsterdam.

Itinerario del tercer día en Amsterdam

Barrio Rojo

Uno de los lugares más característicos y pintorescos de Amsterdam, además de los más conocidos, es su célebre Barrio Rojo. Precisamente es la parte más antigua de la ciudad, y curiosamente es en ella donde domina también la profesión más antigua del mundo. Las luces de neón se reflejan en los canales llenos de cisnes.

Las calles del Barrio Rojo suelen estar concurridas de gente, turistas, curiosos en su mayoría… Suele estar muy animada, ya que hay muchísimos bares, restaurantes, tiendas, coffeeshops, un museo del sexo y otro del cannabis y, claro está, sex shops. No en vano todo el mundo quiere ver lo que se conoce como la meca de la prostitución, las drogas y el sexo libre. En esta zona podemos encontrar un gran número de hoteles en Amsterdam.

La primera impresión es de sorpresa cuando ves los escaparates con las mujeres ( curiosamente algunas de ellas se sitúan delante de la Oude Kerk, la iglesia vieja ) y las luces de neón. Pero te fijas en los habitantes de Amsterdam, que pasan tranquilamente y como si nada, quizás hasta te sorprendas un poco más.

De todas maneras también tenéis que fijaros en el pintoresco canal que atraviesa el Barrio Rojo, los cines blancos y las casas tan características. Conocer un poco su historia, como parte más antigua de Amsterdam. Precisamente se le llama De Wallen, que significa los muros, porque era donde se encontraban las murallas de la ciudad.

Pero toda la animación tiene lugar realmente por la noche, ya que de día parece un barrio cualquiera, un laberinto de callejuelas empedradas donde se suceden las tiendas, muy tranquilo. Lo mejor es pasear al mediodía y luego de noche por las mismas calles, os llamará mucho la atención el curioso contraste.

Eso sí podéis hacer fotos a cualquier lugar menos a las mujeres que se exhiben en los escaparates. Es una falta de respeto a ellas y si os ven haciendo fotos directamente seguro que os lo recriminarán abiertamente. Ellas pagan sus impuestos y el alquiler de sus escaparates, además de su seguridad social, por lo que todo aquí está perfectamente legalizado y regulado.

Lo que está claro es que el Barrio Rojo es uno de esos lugares pintorescos, curiosos e históricos de Amsterdam que tenéis que conocer.

Casa Ana Frank

Una de las visitas turísticas más interesantes que se pueden hacer y que hay que ver en Amsterdam es sin duda a la Casa de Ana Frank, el lugar exacto en el que aquella niña escribió el terrible diario de su familia. Ocultos de los nazis durante más de dos años junto al almacén de su padre, allí vivieron hasta, desgraciadamente, ser descubiertos.

Cada año más de un millón de turistas se acercan hasta aquí. Cada día se pueden ver largas colas en la puerta de entrada, el número 263 de Prinsengracht, a orillas de un bello canal. Os recomendamos que compréis vuestra entrada por internet para evitar así estas colas.

La entrada a la casa es una zona moderna, construida a tal efecto para el recibimiento de los turistas. Desde allí, a través de una escalera, se accede a la casa original, que en realidad es el número 267. Si paseáis por Prinsengracht veréis la casa original señalada con un pequeño letrero en la puerta: Ana Frank Huis.

En primer lugar atravesaremos la puerta secreta que daba al escondite desde el almacén de Otto, el padre de Ana. Las habitaciones no tienen muebles y las ventanas están completamente cerradas y blindadas. Sentiréis la misma oscuridad en la que vivieron dos años Ana y su familia. Fueron los nazis los que destruyeron más tarde todos los muebles de la casa.

Fue Miep Gies, oficinista y ayudante de la familia, el que descubrió el diario de Ana. Después de la guerra se lo dió a Otto, el único miembro de la familia que logró sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial.

Resulta increíble que la familia de Ana pudiera vivir en este lugar durante más de dos años. Siempre hablando en voz baja, entre penumbras, cualquier ruido o chirrido podría haber sido terrible para ellos. Los trabajadores del piso de abajo no podían escuchar nada si no querían que fueran delatados. Algunos amigos de confianza del exterior son los que les llevaban la comida.

Paseando por la casa se llega hasta la habitación de Ana. Impresionan las marcas a lápiz hechas en la pared en las que se aprecia el crecimiento de Ana y Margot, su hermana mayor. La habitación está vacía, salvo las dos camas y una pequeña mesa en donde supuestamente Ana escribía su diario todas las noches.

El diario original de Ana se puede ver en la sala de exposiciones del museo. Son muchas las personas que, por su frágil sensibilidad, no pueden visitar como quisieran este museo.

– Información adicional

  • Dirección: Prinsengracht, 263-267
  • Horarios: Del 15 de marzo al 24 de septiembre abre todos los días de 09.00 a 21.00 y hasta las 22.00 los sábados. Del 1 de julio al 31 de agosto abre todos los días hasta las 22.00 horas. Del 15 de septiembre al 14 de marzo abre todos los días de 09.00 a 19.00 horas. Se puede entrar hasta 30 minutos antes del cierre.
  • Precios: La entrada cuesta 8,50 euros para adultos, 4 euros para niños de 10 a 17 años y carnet joven, y gratis para los menores de 10 años.

– Cómo llegar

Desde la Estación Central se puede llegar a pie en 20 minutos. Las líneas de tranvía 13 y 17 y los autobuses 142, 170 y 172 paran muy cerca, concretamente en Westermarkt.

Museo Van Gogh

Para hablar de museos en Amsterdam, y como visita imprescindible, tenemos que empezar por el Museo Van Gogh, inaugurado en 1973 y que alberga en sus cuatro plantas la mayor colección de pinturas de Vincent Van Gogh del mundo. Allí veréis algunos de sus cuadros más famosos, como Los Girasoles o algunos de sus célebres autorretratos.

Este es el mejor museo para poder seguir la evolución de esta magnífico artista holandés. Pero no sólo eso, sino que también podremos comparar sus cuadros con otros artistas del siglo XIX que forman la colección del museo. Podremos ver más de 200 pinturas, 500 dibujos y 750 cartas del artista holandés, cartas que están en préstamo permanente de la Fundación Vincent Van Gogh.

El museo consta de dos edificios. Uno principal, diseñado por Gerrit Rietveld y abierto en 1973, donde se sitúa la colección permanente del museo. El segundo, diseñado por Kisho Kurokawa en 1999, alberga las colecciones temporales.

Van Gogh comenzó su carrera artística como dibujante en 1880, aunque no empezó a pintar sus primeros cuadros hasta 1884. Cinco de sus primeros dibujos, paisajes dibujados entre marzo y abril de 1884, aparecen en la exposición. Durante 1886 y 1888 estuvo en París, instalándose definitivamente en febrero de 1888 en Arlés junto al pintor impresionista Paul Gauguin.

Los dos años que pasó en París estuvo viviendo con su hermano Theo en el barrio de Montmartre. Estos dos años que pasó en la capital parisina supusieron un cambio importante en la visió artística del pintor holandés, ya que supuso una transición entre el uso de colores sombríos a otros más brillantes.

Allí hizo algunos magníficos edificios de los paisajes del sur de Francia, sobre todo los de la serie de Montmajour, que aparece completa en el museo. Otro de los puntos culminantes de la exposición es la que muestra el amor de Van Gogh por la vida campestre, con una serie de cuadros de paisajes de campo de Arlés y sus alrededores.

Además de sus dibujos y pinturas, el Museo Van Gogh alberga alguno de los libros y materiales de dibujo del artista, además de bocetos, ilustraciones, sus cartas. Un museo imprescindible para todos los amantes de la pintura, y en especial de Vincent Van Gogh.

– Información adicional

  • Dirección: Museumplein, entrada por Paulus Potterstraat, 7
  • Horarios: El Museo Van Gogh abre todos los días de 10.00 a 18.00, y los viernes de 10.00 a 22.00 horas. Las taquillas cierran media hora antes que el museo.
  • Precios: La entrada cuesta 19 euros para los adultos, 5 euros para los niños entre 13 y 17 años, y 1,25 euros para los niños entre cero y doce años. Una entrada es válida para acceder al museo durante todo un año, es decir, si váis a Amsterdam en otra ocasión ese mismo año os valdrá la misma entrada

Os aconsejamos comprar las entradas online a través de la página web del museo. Así evitáis grandes colas en las taquillas y podéis acceder directamente. La entrada incluye en el precio una audioguía. Las visitas guiadas no deben superar los grupos de 15 personas, y para organizarla no hace falta reservar con antelación. No se pueden hacer fotos ni grabaciones de ningún tipo en el interior del museo.

– Cómo llegar

Al museo se puede llegar perfectamente a través del transporte público. Tenéis los tranvías números 2, 3, 5 y 12 y los autobuses 170, 171 y 172.

La Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva

Está claro que si Amsterdam tiene una Oudekerk, o Iglesia Vieja, es porque debe haber en la ciudad su contrario. Precisamente esta es la Nieuwe Kerk, o Iglesia Nueva, situada en la Plaza Dam y cuyo origen no es que digamos que sea muy moderno, ya que su construcción data de finales del siglo XIV. Sin embargo, la iglesia que vemos actualmente no tiene nada que ver con la primitiva.

Sobre todo por el terrible incendio que tuvo lugar en ella en 1645, lo que motivó que se restaurara por completo. Desde el comienzo la iglesia se consagró a Nuestra Señora y a Santa Catalina y, cuando el ayuntamiento pasó a ser palacio real en el siglo XIX, la Nieuwe Kerk recibió el título de iglesia nacional de los Países Bajos, acogiendo la ceremonia de coronación de todos los monarcas holandeses desde 1814.

Su construcción se demoró por más de 150 años, y es que la Oudekerk se estaba quedando demasiado pequeña para todos los fieles que había y llegaban a Amsterdam. Tuvo que ser el rico comerciante Willem Eggert el que donara una importante suma de dinero para terminar de concluir las obras.

Lleva el nombre de iglesia nueva más bien porque fue construida después de la Oudekerk. Su estilo gótico renacentista nos permite apreciar con detalle el magnífico púlpito de madera de caoba del interior, un fabuloso órgano.

Dato curioso de esta iglesia es que, a diferencia de la mayoría, no tiene torre, algo que sí aparecía en los planes iniciales pero que no se llevó a cabo. Sus 75 ventanas le dan una luminosidad muy interesante, lo que ha motivado que hoy ya no sirva como templo religioso, sino que alberga exposiciones temporales, conciertos de órganos, y las bodas reales.

– Información adicional

  • Horarios: La Nieuwe Kerk se puede visitar todos los días de 10.00 a 18.00, y los jueves hasta las 22.00 horas. Permanece cerrada desde el 20 de abril al 5 de mayo, y desde el 14 de septiembre al 16 de octubre.
  • Precios: La entrada a la iglesia cuesta 4 euros, 3 euros para niños entre 6 y 15 años, y gratuita para los menores de 6 años.

Oudekerk o Iglesia Vieja

Llegamos ahora hasta la iglesia más antigua y más grande de Amsterdam. Se trata de la Oudekerk, que en holandés significa precisamente Iglesia Vieja. La original se levantó sobre una capilla de madera en el siglo XIII, que fue destruida por el fuego. Un siglo después fue reconstruyéndose poco a poco en piedra, hasta convertirse en basílica gótica.

La Oudekerk se sitúa en el corazón del Barrio Rojo, y aunque el interior curiosamente es bastante austero, tiene muy bonitas vidrieras, una serie de pinturas bastante interesantes y un órgano espectacular. Está dedicada a San Nicolás, patrón de Amsterdam. Nosotros os recomendamos visitarla durante las misas que hay los domingos a las 11.00 horas.

Como os decimos del interior hay que destacar su órgano, enorme e impresionante. Tiene ocho pares de fuelles, tubería en madera de roble y esculturas doradas. Fue construido por Christian Vater en 1724, y restaurado por Caspar Muller, por lo que se le conoce como el órgano Vater-Muller, uno de los órganos barrocos más bonitos de Europa.

También debéis fijaros en las maravillosas vidrieras policromas, situadas en tres ventanas de la Capilla de María. Todas ellas datan del siglo XVI, y muestran escenas de la vida de la Virgen. Ya que miráis hacia arriba, fijaros en el techo, del que dicen que es el techo abovedado de madera más grande de Europa Occidental. Cuenta con unas hermosas pinturas del siglo XV.

Otros atractivos de su interior es la Tumba de Saskia, la primera mujer de Rembrandt, fallecida en 1642, situada en la Capilla Weitkopers; la puerta roja de la sacristía, donde anunció su matrimonio Rembrandt; y los típicos detalles de los pilares, preciosamente decorados, y las vidrieras del burgomaestre.

La luz del interior nos permitirá ir con cuidado por el suelo, lleno de lápidas funerarias. Se cree que hay unas 2.500, ya que la iglesia fue construida sobre un antiguo cementerio, al que la gente de Amsterdam seguía enterrando a sus familiares hasta 1865.

– Cómo llegar

Curiosamente la Oudekerk se sitúa en el Barrio Rojo, el barrio de los placeres de Amsterdam, por así decirlo. No tiene pérdida desde la Plaza Dam, aunque podéis bajar en la parada de metro de Niewmarkt.

– Información adicional

  • Horarios: La Oudekerk está abierta de lunes a sábado de 11.00 a 17.00, y los domingos a partir de las 13.00 horas
  • Precios: La entrada cuesta 5 euros, aunque es gratuita si disponéis de la I Amsterdam Card, una tarjeta de descuentos.

Plaza Dam

Nos situamos en el corazón del centro de Amsterdam. La Plaza Dam es el centro social de la ciudad, donde todo el mundo se encuentra. Un lugar muy animado durante todo el año, tanto de día como de noche. Ferias, artistas callejeros, músicos… todo aquel que quiera conocer la vida de Amsterdam debe acercarse a la Plaza Dam.

En medio de la plaza se levanta el Monumento Nacional, un obelisco de piedra blanca de 21 metros de altura, construido en 1956 en recuerdo a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial tanto en los Países Bajos como en las Indias Orientales. En la parte inferior del obelisco se pueden ver una serie de esculturas, y a su alrededor las fechas 1940-1945. Cada año la Reina y algunos veteranos de guerra depositan flores en el monumento.

La mejor perspectiva de la Plaza Dam la tenemos precisamente desde el Monumento Nacional. Desde él se puede ver en una esquina de la plaza Damrak is De Bijenkorf, una serie de tiendas de lujo. También veréis y oiréis las campanas del Palacio Real, que en su origen fue el Ayuntamiento de Amsterdam.

A la derecha de la plaza se levanta la Nieuwe Kerk, o Iglesia Nueva, , un edificio gótico que hoy en día ya no sirve como iglesia sino como lugar de exposiciones. Y claro está, a lo largo de toda la plaza hay una serie de cafés y terrazas en las que da gusto sentarse a descansar y tomar algo, contemplando la vida y el bullicio alegre de la plaza.

Seguro que en una esquina de la plaza veréis una gran cola, que pertenece a los turistas que quieren visitar el Museo Madam Tussaud. En otra esquina tenéis el Amsterdam Diamond Center, un taller en el que se puede ver el trabajo del corte de los diamantes y en el que también se puede comprar.

Justo detrás del Monumento Nacional tenemos el Grand Hotel Krasnapolsky, edificio que perteneció al inmigrante polaco del siglo XIX, Wilhem Krasnapolsky, quien lo compró para colocar el Café Restaurante Krasnapolsky. Pero le fue tan bien que creó en su interior el Jardín de Invierno.

Cualquiera de vosotros que tenga pensado ir a Amsterdam no puede dejar de visitar esta Plaza Dam, centro social de la vida de esta maravillosa ciudad holandesa.

Museo Histórico

Cuando se habla de museos en Amsterdam, uno suele tener una idea más o menos generalizada cuando visita el Museo Van Gogh y el Rijksmuseum. Todos los demás suelen quedar un tanto a la sombra de estos dos monstruos. Sin embargo, el Museo Histórico de Amsterdam, hoy ya conocido como Museo de Amsterdam, posiblemente sea el mejor para conocer la evolución histórica de esta ciudad, que pasó de ser una simple aldea de pescadores a una de las ciudades más importantes del mundo en su época.

Situado junto al Begijnhof, en la Zona Nueva de Amsterdam, este Museo Histórico es uno de los grandes referentes de la historia de la ciudad. El museo fue inaugurado en 1975, y en su colección podemos ver de todo, desde restos arqueológicos hasta cualquier curiosidad histórica relacionada con Amsterdam. Joyas, mapas antiguos, fotografías, documentos, objetos, esculturas…

La colección se extiende a través de las tres plantas del edificio, alineadas y ordenadas en orden cronológico. En la planta baja tenemos la Amsterdam de 1350 a 1550, además de la biblioteca, en la primera planta la ciudad de 1550 a 1815, su época de esplendor, mientras que en la siguiente planta encontramos la Amsterdam desde 1815 hasta la actualidad.

Dentro de cada planta hay diferentes salas de visita imprescindible, como la Galería de Guardias Municipales, con retratos de los guardias de los siglos XVI y XVII, la Cámara de Regentes, la sala dedicada a la Amsterdam de la Segunda Guerra Mundial, y la Sala del siglo XVIII, que supuso la decandencia comercial de la ciudad. En total son 17 salas las que podemos recorrer, conociendo la historia del puerto de Amsterdam, la prehistorias, y otros detalles interesantes.

Tras la visita podemos acercarnos hasta uno de los patios del edificio, el Patio de los Muchachos, donde se sitúa la cafetería-restaurante In De Oude Goliat.

– Información adicional

  • Dirección: Nieuwezijds Voorburgwal 357, Kalverstraat 92
  • Horarios: Abre de lunes a viernes de 10.00 a 17.00, y fines de semana y festivos de 11.00 a 17.00 horas. Cierra el 1 de enero, 30 de abril y 25 de diciembre. El 4 de mayo cierra a las 14.00, y los días 5, 24 y 31 de diciembre a las 16.00 horas.
  • Precios: La entrada cuesta 10 euros para los adultos, 5 euros para los niños entre 6 y 18 años, gratis para los menores de 6 años. Las audio-guías cuestan 4 euros.

– Cómo llegar

El Museo de Amsterdam tiene dos entradas. Una por las Kalverstaat 92 y otra por la Sint Luciensteeg 27. Apenas está a diez minutos del centro de la ciudad, por lo que se puede llegar perfectamente a pie desde nuestro hotel en Amsterdam. Si necesitáis ir en transporte público, frente a la puerta paran los tranvías 1,2 y 5 (parada Spui) y 4, 9, 14, 16, 24 y 25 (parada Rokin).

Heineken Experience

Amsterdam y Holanda es la cuna de la cerveza Heineken. Los amantes de esta cerveza en particular no deberíais perderos en la ciudad el Heineken Experience, un museo dedicado al mundo Heineken, que se sitúa en la misma fábrica de cerveza de esta bebida. Inaugurado en el 2001, cada vez atrae a más turistas ávidos y curiosos de la historia de esta marca de cervezas.

Aquí aprenderemos entre otras cosas algo más sobre la historia de Heineken, el proceso de elaboración de esta cerveza, diferentes exposiciones y degustaciones. Asimismo, Heineken Experience es también una enorme tienda en la que llevarte para casa ese curioso regalo relacionado con Heineken. Eso sí, la tienda es un poco cara, la verdad.

Resulta interesante dedicar una mañana a visitar esta fábrica, porque de eso es de lo que se trata en realidad Heineken Experience. El recorrido nos llevará por las diferentes plantas del edificio, decorado con los colores de la marca, con salas interactivas en las que podemos hacer de DJ’s, o simplemente entrar en el pub de Heineken que viene con el precio de la entrada.

Que no os engañe el aspecto externo de la fábrica, que parece bastante antiguo, ya que el recinto de la Heineken Experience es bastante moderno. La primera parte de la visita consiste en una introducción audiovisual al mundo de la marca Heineken. Os podéis hacer una foto siendo vosotros la etiqueta de un botellín Heineken.

La segunda parte es una experiencia 3D en la que nos convertimos en la propia cerveza, mientras que la tercera parte es la proyección de secuencias de películas donde sale la marca, anuncios y una exposición de distintos campeonatos de fútbol en donde aparece la marca Heineken. Ya de aquí pasamos al bar para las consumiciones.

Realmente no se puede decir que sea una visita imprescindible, ya que hay otros atractivos mejores en la ciudad. Pero si tenéis tiempo, y siempre os gustó esta cerveza, bien merece la pena.

– Información adicional

  • Dirección: Stadhouderskade, 78
  • Horarios: Abre de lunes a domingo de 11.00 a 19.00, aunque la última visita es a las 17.30 horas
  • Precios: La entrada cuesta 15 euros, y da derecho a dos consumiciones en el bar.

Casa Museo de Rembrandt

Uno de los más grandes pintores holandeses de la historia , Rembrandt, vivió en Amsterdam durante mucho tiempo. A pesar de haber nacido en Leiden, el artista permaneció aquí varios años. Hoy precisamente podemos visitar una de sus casas, en la que vivió entre 1639 y 1658, y que se ha convertido en la Casa Museo de Rembrandt.

Se trata de una casa antigua construida a principios del siglo XVII. Situada en un barrio elegante, concretamente en la actual Jodenbreestraat, Rembrandt la compró en 1639, y según dicen, le costó una fortuna. Desde entonces cuenta la leyenda que sus ganancias no fueron las suficientes para poder ir pagando la casa, por lo que en 1656 se declaró en bancarrota y le expropiaron la casa.

Desde entonces el destino de aquella casa no fue muy bueno, y sólo se salvó de ser demolida por haber vivido allí Rembrandt. En 1906 el Ayuntamiento de Amsterdam compró la casa para situar allí la Fundación Casa de Rembrandt, inaugurándose el museo en 1911. Sin embargo no fue sino hasta la década de los 90 cuando la colección del museo se enriqueció.

Allí veréis muchas de las obras del artista, como sus aguafuertes de paisajes, retratos, autorretratos, escenas cotidianas, desnudos, grabados en cobre y otra serie de cuadros de artistas que influyeron en la vida de Rembrandt. Sólo el hecho de estar pisando la casa en la que vivió el pintor es un enorme privilegio.

Da una idea del lugar de trabajo de Rembrandt, sus habitaciones, etc… ya que se ha recreado el taller de trabajo del autor. Posee unos 260 de los 290 dibujos que en vida realizó el pintor. Estos dibujos y su obra gráfica se encuentran en un nuevo edificio, a la izquierda del museo, que se construyó en los años 90.

– Información adicional

  • Dirección: Jodenbreestraat, 4
  • Horarios: Abre todos los días de 10.00 a 17.00 horas. Cierra el día 1 de enero.
  • Precios: Adultos 9 euros, grupos de 15 personas mínimo 8 euros cada uno, gratis para los niños menores de cinco años, 2,50 euros para los niños entre 6 y 17 años y gratis con la tarjeta I Amsterdam.

Museo Madame Tussaud

En la céntrica Plaza Dam se sitúa uno de los museos más visitados de la ciudad. Será por su originalidad y por la curiosidad de sus visitantes, pero el Museo Madame Tussaud siempre suele tener una cola importante en sus puertas. Para los que no lo sepáis, es el museo de cera de la ciudad.

Allí podréis ver a vuestras estrellas favoritas de Hollywood y echaros unas fotos con ellos. El original Madame Tussaud se encuentra en Londres, pero el de Amsterdam no le va sin duda a la zaga. Brad Pitt, Angelina Jolie, Barack Obama, Jennifer López, Johnny Deep en su papel del pirata Jack Sparrow…

Además de los personajes actuales también encontraréis otros de épocas anteriores, como los pintores Van Gogh o Picasso, la pequeña Ana Frank o el cantante Michael Jackson. Sin embargo, además de personajes, el museo alberga una reproducción exacta del siglo XVII para saber cómo y dónde se vivía en la época.

Para los que habéis visitado el Madame Tussaud de Londres, el de Amsterdam es algo más pequeño. Sin embargo, antes de entrar fijaros ya en el propio edificio en sí del museo, ya que cuenta con una arquitectura impresionante.

No os quedéis solamente con el carácter curioso de este museo, ya que todas las figuras, tanto la de artistas como la de los personajes históricos, llevan una pequeña reseña para conocer algo más de su historia personal y la del propio museo. Además cuenta con una interesante colección de fotografías antiguas de Amsterdam.

Ya en el escaparate de la fachada lateral podremos ver a la cantante Kylie Minogue y, al fondo, a Barack Obama. En el vestíbulo de entrada nos saludará el humorista británico Benny Hill… Grandes sorpresas nos esperan en el interior del Museo Madame Tussaud, el museo de cera de Amsterdam.

– Información adicional

  • Dirección: Plaza Dam
  • Horarios: El Museo Madame Tussaud abre todos los días de 10.00 a 17.30 horas. Cierra el 30 de abril, Día de la Reina. Del 2 de julio al 4 de septiembre abre de 10.00 a 20.30 horas. El 25 y 31 de diciembre cierra a las 16.30 y el 1 de enero abre a las 12.00 horas
  • Precios: 19,95 euros para los adultos, 14,95 euros para los niños entre 5 y 16 años y gratis para los menores de 5 años.

Museo Van Loon

En la famosa calle Keizersgracht ( no tiene pérdida pues alberga una de las zonas de canales más bonitas de Amsterdam ) tuvimos la oportunidad de visitar uno de los museos de Amsterdam más visitados, el célebre Museo Van Loon, situado en eun elegante edificio del siglo XVIII, propiedad de la familia Van Loon, quienes fueron los cofundadores de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, desde 1884.

En la década de los 70 del siglo XX, la familia Van Loon decidió abrir al público este museo, lleno de las pertenencias que durante tantos años han ido recopilando esta célebre y riquísima familia de banqueros y cortesanos reales. Un lugar mucho más recomendado para los adultos que para los pequeños, a los que tal vez les aburra un poco la visita.

Nada más entrar en él veréis la enorme y preciosa escalera de la sala, en cuyo latón se puede ver el nombre del doctor Van Hagen y su mujer. A medida que vamos visitando el museo iremos viendo, colgados en las paredes, una gran cantidad de retratos de todos los miembros de la familia Van Loon que han vivido en la casa.

Desde las ventanas de la casa se puede también apreciar el maravilloso jardín situado en la fachada neoclásica de las cocheras. Fue realizado siguiendo un plano de principios del siglo XVIII, y es una verdadera belleza. Desde donde mejor se ve es desde el comedor, elegantísimo, decorado con un servicio de porcelana holandesa del siglo XVIII y otro de Limoges del XIX.

Dentro de la colección de piezas particulares de la familia Van Loon se pueden ver una serie de monedas de oro, acuñadas para celebrar las distintas bodas de oro de matrimonios de la familia. Es un verdadero placer pasear por toda la mansión, con habitaciones muy elegantes, paredes decoradas con papeles pintados y un mobiliario excepcional del siglo XVIII.

Lo mejor de todo es que una vez que entréis por la puerta el museo se puede visitar a vuestroo entero gusto. Tenemos entera libertad en recorrer cualquiera de sus habitaciones, siempre, claro está, respetando los enseres, objetos y demás. Recorrer sus tres plantas es una maravilla.

– Información adicional

  • Dirección: Keizersgracht, 672
  • Horarios: El Museo Van Loon abre de miércoles a lunes de 11.00 a 17.00 horas
  • Precios: La entrada cuesta 6 euros, y se pueden hacer visitas guiadas siempre y cuando se reserven con antelación

Museo Tassen Hendrikjen de Bolsos y Carteras

A decir verdad la mayoría de turistas cuando viajan a Amsterdam hacen su recorrido de museos por el Rijksmuseum, el Museo Van Gogh y la Casa Museo de Ana Frank. Sin embargo nosotros hoy queremos haceros una nueva recomendación. Se trata del Museo de Bolsos y Carteras, uno de los más curiosos y originales de la ciudad, inaugurado recientemente, en el año 2007.

Este museo cuenta con una colección de más de cuatro mil bolsos, y está considerada la colección más grande del mundo. El edificio en el que se alberga es un edificio del siglo XVII, que fue residencia del alcalde,y aunque está un poco escondido vale la pena buscarlo. Se halla en Herengracht, 573. La colección fue recogida por Hendrikje Ivo, un comerciante de antigüedades que se aficionó a coleccionar bolsos de mano.

Las colecciones acogen bolsos de todas las épocas, desde la Edad Media hasta bolsos del siglo XIX y XX. Hay bolsos de todo tipo, raros y exóticos, bolsos de todas las formas, materiales y colores. También hay una sección dedicada para exposiciones temporales, con una colección única de bolsos de Swaroski.

También hay una interesante colección de carteras del siglo XVII hasta nuestros días. Aunque tal vez os llame mucho más la atención el café y el jardín, en la parte trasera del edificio, un lugar tremendamente agradable donde pasear y descansar. También os gustarán seguramente las salas de época con sus techos pintados y la chimenea de los siglos XVII y XVIII.

Seguro que los amantes de la moda y las curiosidades gustaréis de visitar un museo como este. Cuenta además con una tienda en la que podéis adquirir algunos bolsos interesantes y artículos de marroquinería de diseñadores neerlandeses y extranjeros.

– Información adicional

  • Horarios: El museo abre todos los días de 10.00 a 17.00. Cierra el 1 de enero, el 30 de abril y el 25 de diciembre. La cafetería del museo abre todos los días de 10.00 a 16.30 horas.
  • Precios: La entrada para adultos cuesta 7,50 euros, estudiantes y mayores de 65 años 6 euros, niños de 13 a 18 años 4 euros, menores de 12 años gratis, grupos a partir de 10 personas 6 euros, poseedores de las tarjetas I Amsterdam o Holland Pass entrada gratuita.

No se pueden tomar fotos ni vídeos sin pedir antes autorización. No se puede acceder con mascotas, y los niños menores de 12 años deben estar acompañados de adultos.

Rijksmuseum

La pena que me da es que es prácticamente imposible poder abarcar todo el Rijksmuseum en una sola visita. Por algo es el museo nacional de Holanda, ¿no?. Museos en Amsterdam hay varios pero este no te lo puedes perder. Se inauguró en 1885, y alberga casi siete millones de obras de arte. La colección la inició el rey Luis Napoleón en 1808. Hoy en día hay que estar atentos, ya que están haciéndoles trabajos de restauración hasta finales del 2010, y algunas salas no se pueden visitar.

El Rijksmuseum tiene tres entradas, dos en la parte delantera, y otra en la que se conoce como el ala Philips. Si habéis comprado vuestra entrada por internet, que es lo más recomendable, tanto por los descuentos como para evitar colas, lo mejor es entrar por el ala Philips. Allí lo primero que veréis son las obras de arte asiático, pinturas europeas, trajes y tejidos, además de las exposiciones temporales.

Las colecciones más importantes del museo se hallan en la primera planta, fundamentalmente pintura flamenca, holandesa, escultura y artes decorativas. Curiosamente el arquitecto del Rijksmuseum, P.J.H Cuypers, fue muy criticado por su proyecto. Tanto es así que hasta el propio rey Guillermo II no quiso entrar en el recinto.

Hay visitas imprescindibles en el Rijksmuseum, en especial a la zona de pintura holandesa y flamenca, con el gran Rubens como uno de sus autores más llamativos. Desde ahí podemos dejarnos llevar por las pinturas de la Edad Media y la colección de arte holandés del siglo XVII, XVIII y XIX, con Van Gogh como estrella destacada.

Las próximas salas serían las dedicadas a la pintura europea, con autores italianos y españoles especialmente, la sala de esculturas y artes decorativas, donde destaca la porcelana de Delft, las casas de muñecas y la cristalería china, la sala de trajes y tejidos de los siglos XVIII y XIX, la sala de arte asiático, la sala de grabados, y el jardín, salpicado de estatuas y otras curiosidades.

Hay obras que no podéis pasar por alto, como la célebre La Lechera, de Vermeer, o la Ronda de Noche, catalogado como el mejor cuadro sin duda de Rubens.

– Información adicional

  • Dirección: Stadhouderskade, 42 y Hobbemastraat, 19
  • Horarios: El Rijksmuseum abre todos los días de 09.00 a 18.00 horas, aunque las taquillas cierran media hora antes. Cierra el 1 de enero.
  • Precios: La entrada cuesta 12,50 euros para los adultos, y gratis para los menores de 18 años. Nosotros os recomendamos que entréis en la página web del museo y compréis las entradas para evitaros colas el día de la visita.
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